A lo largo de los Siglos, son muchos los ejemplos de
Naciones cristianas que han caído en desgracia en un momento determinado de su
historia seducidas por los susurros del Maligno. Ejemplos de esto son: Francia
tras la Revolución masónica-jacobina, Méjico bajo la tiranía del masón Plutarco
Elías, o la misma España bajo el Gobierno ilegítimo del Frente Popular, que
acabó originando la gran tragedia que supuso nuestra Guerra Civil.
Quizás, el ejemplo
más conocido por su cercanía histórica y por su magnitud universal, es el de
Rusia. El derrocamiento de la monarquía cristiana, y la posterior caída de una
gran Nación como Rusia en manos de una ideología materialista y atea como era
el comunismo, provocó que hasta la Madre de Dios bajase de los cielos con un
mensaje urgente dado a unos humildes pastorcitos de Portugal, con el cual, se
advertía a la humanidad entera de la urgencia de la conversión de dicha Nación.
La Madre de Dios, sabía perfectamente de las consecuencias nefastas que la
instrumentalización de un país tan poderoso como Rusia por parte del mal,
traería también para toda la humanidad.
Se puede comprobar a través de la historia, que cuando el
mal ataca a un país siempre lo hace siguiendo los mismos patrones. El Demonio
siempre usa las mismas mentiras y estratagemas, con las seducciones propias de
la idiosincrasia del hombre de cada época o lugar.
Los mecanismos por los que una Nación cae bajo el influjo de
las fuerzas del Infierno los podríamos resumir en las siguientes tres fases:
1º - Se produce un enfriamiento de la Fe, los buenos sin
abandonar del todo su buen camino se relajan en las costumbres dando lugar a la
tibieza en sus corazones, los malos siguen siendo malos pero se envalentonan en
su maldad, de esta manera empiezan a esparcir su veneno ante la relajación
generalizada de la sociedad, al principio de manera sibilina, conforme su éxito
aumenta lo van haciendo de manera cada vez más abierta y descarada.
2º- Cuando Satanás logra apartar los corazones de las gentes
de su Creador, presenta su plan de pecado con un aspecto seductor, ya sea en
forma de sistema ideológico que venga a colmar las aspiraciones de los pueblos,
ya sea en forma de pseudoespiritualidad que venga a llenar el vacío de los
hombres que han expulsado a Dios de sus corazones. Satanás nos conoce, y sabe
que engaño proponer en cada momento en base a las miserias propias del corazón
humano de cada época. Aunque en formas diversas, la tentación siempre es la
misma, la de una vida autónoma de Dios, la auto divinización del hombre en un
paraíso terrenal sin Dios y con el pecado como máxima aspiración social.
3º- Cuando el pecado ha logrado extender su influjo en toda
la sociedad, el malo se endurece en su maldad, la gran masa de tibios producto
de la relajación de costumbres buscan el camino fácil, siguen la corriente
apoyando los patrones sociales promovidos por los agentes del maligno y aceptan
doctrinas y principios perversos con tal de vivir una vida cómoda en relativa
tranquilidad, mientras tanto, los buenos tienen que luchar en un entorno hostil
para no caer en la corriente general que lleva a la perdición, esta es la fase
en la que se produce la corrupción del bien. El Evangelio nos enseña que cuando
alguien que ve la Luz de Dios, vuelve a sus tinieblas, su estado último viene a
ser peor que el primero, la seducción primera con que Satanás presentó su plan
de pecado empieza a mostrar su verdadera cara en forma de trágicas
consecuencias, ejemplos hay muchos: crisis consecuencia de sistemas económicos egoístas
y usureros, disturbios civiles o terrorismo por la propagación del odio entre
las clases, etnias o territorios, frustración ante la falta de perspectivas de
futuro , etc. Cada modelo basado en el pecado produce un desorden en ese mismo
campo donde actúa.
4º- Cuando el pecado muestra sus consecuencias en forma de
Guerra, Hambre, Crisis, Muerte, etc., el hombre siempre se plantea dos caminos
en su corazón:
- Admitir su culpa, hacer penitencia, y reparar el mal para
que desaparezcan la consecuencia del mismo.
- Endurecerse en su mal, tomar una actitud soberbia, culpar
a los demás de su situación y buscar la responsabilidad del desastre en todos
menos en uno mismo. Este camino conduce rápidamente a la desesperación, primero
individual, después colectiva.
Es en este punto cuando Satanás usa como marionetas a las
ingentes masas humanas que han caído en la desesperación movidas por la
soberbia, el odio y la incapacidad de reconocer su culpa y de buscar soluciones
basadas en Dios. Podemos ver a lo largo del S. XX, que de este tipo de
desesperación colectiva han surgido los grandes movimientos materialistas,
ateos, y paganos, que asolaron física y espiritualmente a Europa y al Mundo
entero dejando un reguero de destrucción que costó cientos de millones de
muertes y dejó muestras de un grado de crueldad por parte del ser humano nunca
visto hasta ese momento.
España en una encrucijada histórica.
La situación actual de España, es hoy peor que la de
aquellas Naciones que en el pasado cayeron en el abismo de las desesperación consecuencia
del pecado, hablamos de una Nación que hasta hace poco era Luz del Mundo, Evangelizadora
de pueblos y Patria de la Inmaculada Concepción; hablamos de una Nación que ha
dado a grandes místicos como San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Ávila a la
Iglesia Católica, hablamos de una Nación que con las miserias propias de esta
humanidad, se mantuvo siempre fiel a la Cruz y a nuestro Señor a lo largo de la
historia.
España es un país que hace aproximadamente medio Siglo,
comenzó un camino hacia su apostasía formal , no voy a exponer aquí los
mecanismos por los que los enemigos de Dios han llevado a nuestra Patria a su
actual situación, porque sería muy largo de explicar, pero el caso es, que hoy
España ha dejado de ser una Nación católica para convertirse en lo peor que se
puede ser, una Nación apostata que después de abrazar la Verdad de Dios ha
entregado su alma al paganismo, al desorden y a la inmoralidad.
Las consecuencias de esta trágica apostasía, ha sido la
adopción de políticas en todos los ámbitos de la sociedad basadas en el pecado.
Llevamos décadas promoviendo la inmoralidad en la Sociedad, en la Economía, en
la Educación, en la Familia, y en definitiva, en todos los ámbitos de actuación
humana que puede tener un país. Como consecuencia de la extensión del pecado, ha
sobrevenido primero una crisis moral sin precedentes, donde la destrucción de
la Familia, el asesinato de los niños por nacer, o la promoción de los vicios
sexuales y desordenes de todo tipo, han tenido como consecuencias una crisis generacional,
otra crisis demográfica y por último, una crisis material que tiene su máximo
exponente en una recesión económica que ha dejado a más de seis millones de
personas en la calle.
Los males de España, no solo se han extendido por nuestro
suelo, la promoción del aberrosexualismo o del aborto ha traspasado nuestras
fronteras y ha llegado a los pueblos hermanos de Hispanoamérica, que siempre
han tenido a la Madre Patria como espejo y como ejemplo a seguir en su devenir
histórico. Donde antes se exportaban misioneros, Santos, Fe, amor y esperanza,
ahora se exporta el vicio, las degeneraciones sexuales, el aborto o el
libertinaje. Así, la corrupción espiritual de España no solo es un mal
nacional, sino que es un mal Universal que he llegado ya a los pueblos que
antaño estuvieron bajo la tutela de nuestro Imperio.
¿Y ahora qué?
Como ha pasado tantas veces en las que una Nación se ha
enfrentado a una crisis existencial, se levantan las voces de tres corrientes
de pensamiento bien definidas.
1º- Los que quieren que todo siga igual: Es decir, aquellas
personas que han vivido de este sistema corrupto, que se han beneficiado
económica o socialmente de la decadencia generalizada, y que por tanto tienen
interés en seguir haciéndolo. En este grupo podemos ver a la masa de políticos
afines a la partitocracia que con sus políticas han propiciado el mal
generalizado, a las elites económicas y financieras que se han enriquecido
apoyándose en el pecado de la usura y de la estafa para ello, y al resto de
lacayos afines que en los diferentes ámbitos de la sociedad se han aprovechado
de la desgracia y de la ignorancia de las gentes.
2º- Los que quieren que todo vaya a peor: Son los voceros
del odio, aquellos buitres que se arremolinan en torno al cadáver para desgarrar
y rapiñar los restos ya pútridos del cuerpo en descomposición, hablamos del
cadáver de la Nación Española que quiere ser dividido, desgarrado y triturado
para el disfrute de los alimañas carroñeras de nuestro tiempo. En este grupo, se
enmarcan los voceros del mal de siempre, que vienen a proponer los mismos
sistemas fallidos ya caducos consistentes en la promoción del odio entre las
clases sociales, los territorios de la Nación o cómo no, hacia la Fe del pueblo
(La Iglesia Católica).
3º- Los que quieren que todo vaya a mejor: Por último, están
aquellos (habitualmente los menos), que han visto las causas del desastre, que
han aprendido la lecciones de los errores cometidos, y que quieren reparar los
males que han llevado a la Nación a la situación límite que vive. Son los que
claman en el desierto contra la crisis moral, por una legislación en base a los
valores cristianos de nuestra Patria, por la promoción de la natalidad y de la
educación como garantía del futuro, aquellos que luchan por la abolición de los
grandes males del aborto, del divorcio, de las injusticias sociales, económicas
y políticas, del egoísmo fraticida y del mal en sus diferentes expresiones.
Conclusiones.
Para España solo hay un camino que lleva a la salvación, y
ese camino pasa por volver a recuperar la Fe Católica como pilar central del
vigor espiritual de nuestro pueblo, recuperar un espíritu de caridad y
fraternidad entre las gentes y los pueblos que componen España, y ser fieles a
la Doctrina Social de la Iglesia para evitar las injusticias en los ámbitos
económicos, sociales y políticos que son el sustrato donde crecen las
ideologías del odio y la soberbia. Solo este camino puede llevar a España a su
salvación, España será católica o será escombros y esto dependerá de si vuelve
o no al Dios que la constituyó como Nación cristiana en la historia.
Por: Antonio Moreno (Coordinador del Rosario por España)
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